Cuando deseas algo con mucha fuerza te das cuenta de que es absolutamente imposible conseguirlo. Más fácil sería no pensar y conformarse con lo que tenga que llegar, pero ya ves, siempre fui un tipo inconformista.

Me dijiste que lo mejor es no preocuparse y vivir cada segundo como si fuera el último, que hacerse mala sangre por las cosas que no se pueden cambiar no merece la pena, que hay que aceptar lo que se nos concede y sonreír, porque sin sonrisa no somos nada.

Y hoy te he visto con otro, llevabas puesta la sonrisa de los domingos, otra víctima más de tu absurdo juego...

No sabe con quien se ha juntado, prontó descubrirá que amarte es sentirse sólo y vacío por dentro. Pronto descubrirá que tú, amiga soledad, eres una cruel amante y por supuesto, mentirosa. Hoy por fin he sonreído y no porque acepte lo que ha llegado sino porque por fin te has marchado. Siento pena por la persona o personas que ahora te han encontrado (porque tú de fidelidad no sabes nada) y sólo espero que consigan abandonarte a tiempo y no destroces sus vidas.

Hoy por hoy, no te quiero en la mía.